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Las máquinas expendedoras de Japón te dicen mucho sobre la cultura del país

Apr 16, 2024Apr 16, 2024

Harrison Jacobs/Business Insider

Un banco de máquinas expendedoras fuera de una parada de descanso en Japón.

Después de pasar dos semanas en Tokio, un aspecto de la ciudad siguió sorprendiéndome después de mi regreso: la abrumadora abundancia de máquinas expendedoras.

Es imposible ignorar la proliferación de máquinas expendedoras. Están en casi todas las cuadras de Tokio: en callejones, frente a tiendas de conveniencia, en áreas tanto residenciales como comerciales.

Con poco más de 5 millones en todo el país, Japón tiene la mayor densidad de máquinas expendedoras del mundo. Según la Asociación Japonesa de Fabricantes de Máquinas Expendedoras, hay aproximadamente una máquina expendedora por cada 23 personas. Las ventas anuales suman más de 60 mil millones de dólares.

Y están marcados por una variedad increíble. Las máquinas venden todo tipo de refrescos, café, té, cigarrillos, dulces, sopas, comida caliente e incluso sake y cerveza.

La omnipresencia y variedad de las máquinas expendedoras japonesas no es un tema inexplorado. Si hay algo sobre lo que a los estadounidenses que regresan de Japón les gusta escribir o leer es sobre los productos extraños y salvajes que se venden en las máquinas expendedoras.

Entre los primeros resultados de una búsqueda en Google de "máquinas expendedoras japonesas": "12 máquinas expendedoras japonesas que no creerás que existen", "18 cosas que puedes comprar en las máquinas expendedoras japonesas", "25 cosas que sólo encontrarás en las máquinas expendedoras japonesas". "Máquinas expendedoras japonesas locas", "9 máquinas expendedoras japonesas locas" y "Las 7 máquinas expendedoras japonesas más raras".

Sin embargo, lo que me interesó fue lo que dicen las máquinas expendedoras sobre la cultura única de Japón. Sobresalió una respuesta obvia: los japoneses, y los tokiotas en particular, trabajan mucho y, por lo tanto, valoran la comodidad. Pero también lo hacen los neoyorquinos, así como cualquier otro número de habitantes de la ciudad, y aún así las máquinas expendedoras no son tan populares.

Entonces, ¿por qué son omnipresentes? Los sociólogos y economistas han ofrecido algunas posibles respuestas.